Navegamos durante toda la noche de Este a Oeste virando la Isla Isabela por su cara norte y cruzamos dos veces el Ecuador, de Sur a Norte y de Norte a Sur hasta llegar a Punta Vicente Roca al amanecer. Una vez fondeados y luego de una desayuno muy completo, realizamos una navegación en los pangas que bordearon varios kilómetros de costa en donde observamos a los primeros ejemplares de los vistosos y coquetos “piqueros de patas azules”, como así también, a algunos hambrientos pelicanos que sumergían sus picos en el agua en forma de espada buscando alimento y cormoranes endémicos que no vuelan. Ingresamos a algunas cuevas hasta casi tocar el techo con nuestras cabezas.
Luego y como para culminar con las actividades de la mañana hicimos un refrescante, y digo refrescante porque el agua estaba bastante “fresca”, snorkeling con tiburones, tortugas marinas y una gran variedad de peces. Ya nuevamente a bordo disfrutamos del jacuzzi caliente que se encuentra en la cubierta del barco y, compartimos entre todos, la experiencia de esa primera inmersión.
La Isla Isabela es la mayor de todas y tiene una población humana estable; esta conformada por una cadena de 5 volcanes de actividad intermitente, de hecho, el Sierra Negra entro en erupción a fines del año 2015 aunque por suerte sin consecuencias graves ni para los pobladores ni la fauna.
La guía Cristina pudo ver mi cara de asombro ante tanta belleza y me comentó al pasar, “Galápagos es un laboratorio viviente y en constante desarrollo”, y lo pudimos comprobar con la curiosa evolución del cormoran que no vuela porque, al no tener depredadores, sus alas se han atrofiado. Pero en contraposición a ello logró una adaptación increíble al agua ya que su principal fuente de alimento está allí. Este “excelente nadador” es considerado como una de las aves mas raras del mundo. Solo se la encuentra en las islas Fernandina e Isabela y se calcula que no hay mas de 1500 ejemplares.
Durante la tarde navegamos hasta Fernandina que es la tercer isla mas grande del archipiélago. Fue nuestro primer desembarco y el recorrido de la isla comenzó en el muelle de Punta Espinoza.
Durante las 2 horas de caminata pudimos ver iguanas marinas, lobos marinos, y varias aves. Es la única isla, o tal vez una de las pocas, que no
tiene animales introducidos por el hombre, lo que garantiza un equilibrio total en sus colonias.
La fauna del lugar nos permitió unos buenos acercamientos pero había que tener mucho cuidado, sobre todo con las iguanas ya que estaban por todos lados, inclusive dentro de los senderos habilitados para los turistas por que existía el riesgo de pisar alguna.
Quedé impresionado sobre la proximidad que el ser humano podía tener con animales totalmente silvestres. La formación del suelo es de lava y arena y no presenta demasiadas dificultades para caminarlo ya que su geografía no tiene grandes desniveles. Hace varios años una ballena murió en la costa y su esqueleto fue recuperado en la costa. Hoy esta armado sobre las piedras para que todos puedan ver el tamaño de dicho animal.
Fue un día con muchas emociones, estaba cansado pero feliz y con muchas ganas de seguir visitando nuevos lugares. Disfrutamos de la excelente cena, una cerveza bien fría como “postre” y me fui al camarote para bajar todas las fotos a la computadora y preparar los equipos para el día siguiente. (I)
Autor: Alex Macipe
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