Por la mañana llegamos a la Isla Santa Cruz y desembarcamos en “Bachas” que se encuentra en la parte norte.
Mientras el barco hacia las maniobras de fondeo varios miembros del grupo fuimos a la proa, como casi todos los días para avistar las aves que con sus finos y arriesgados vuelos rasantes, ya que nos volaban a metros de nuestras cabezas.
El experto ornitólogo Paul Green Greenfield, primero en hacer un libro de todas las especies de aves del Ecuador, ayudaba a sus alumnos a entender los hábitos de las aves locales. Por su parte, la que iba a llevar a cabo el tour, Cristina, nos mostró las guías de campo y las especies que veríamos durante este día.
Esta playa esta dividida en dos por una formación rocosa. Hay dos lagunas en donde se pueden ver flamingos y varias aves migratorias. Aquí, como en casi todo “Galápagos”, no se puede salir de los caminos y sectores habilitados para el turismo, ya que la vegetación cercana a la playa oficia de nidos naturales para las tortugas que llegan a desovar.
No tuve grandes avistajes de fauna, solo un flamingo, algunos pinzones y un pelícano que pareció posar para las fotos, pero disfrutamos de los colores brillantes del mar que iban desde los celestes, pasaban por los azules y terminaban en oscuras tonalidades de turquesa.
La tarde comenzó con mas actividad náuticas, algunos eligieron hacer snorkeling cercano a la costa en donde tuvieron contacto cercano con leones marinos y otros fueron a hacer kayak, y dicha experiencia fue igual de emocionante, ya que al entrar en las pequeñas bahías, pasaron muy cerca de otros leones más relajados que en vez de nadar preferían una buena siesta bajo el cálido sol del atardecer. Ambos botes seguían a los dos grupos por si alguien tenia algún problema o simplemente se cansaban y querían subir al panga.
Por la tarde, para culminar el día de excursiones fuimos a la Isla Rábida, que es una de las más pequeñas del archipiélago, pero no por ello menos desafiante para los biólogos que desembarcaron allí, ya que tuvieron que eliminar una población muy grande de cabras que habían sido introducidas por el hombre. Aunque suene doloroso, todos los animales exóticos tienen que ser erradicados de este tipo de parques porque atentan severamente contra el equilibrio del ecosistema.
Actualmente los científicos están tratando de analizar la situación que todavía hay en la isla con ratas que seguramente llegaron de la mano de las primeras expediciones, ya que se comen los huevos de aves y reptiles que ahí anidan.
Cuando íbamos caminando por la playa en busca del panga, tuvimos un encuentro “muy cercano” con varios leones marinos que estaban comenzando a despertar de su siesta y nos hicieron varias poses interesantes que tomamos con la cámara. Muy agradecidos, sobre todo a los chiquitines, quienes entre juguetones y curiosos, me acariciaron con sus bigotes por mi cara mientras estaba acostado en el suelo haciendo las fotos desde los mejores ángulos.
Nuestro crucero se estaba comenzando a terminar y las experiencias entre presentes y pasadas tomaban forma en mi mente en cuanto a que la conservación de estos lugares significa, como también al rol fundamental de la naturaleza y sus actores. (I)
Autor: Alex Macipe
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