El Ecuador suma atributos que apuntan a convertirlo en una potencia mundial en el aviturismo. La Fundación Jocotoco realiza mejoras en sus reservas con ese propósito.
No se trata solo de contemplar las aves. Ya pasaron aquellos tiempos en que el país confiaba exclusivamente en sus recursos naturales para promocionarse turísticamente. Ahora, las entidades han comprendido que el viajero necesita instalaciones y servicios para sentirse satisfecho en sus desplazamientos turísticos.
La Fundación Jocotoco lo entiende así, por ello suma repetidamente beneficios para sus visitantes. La más reciente mejora llegó para la reserva biológica Yanacocha (Pichincha) con la inauguración, el 29 de junio, de un centro de interpretación con material visual e información sobre la riqueza natural de esta zona, y de la cafetería denominada El Café del Zamarrito.
Todo esto se ubica a una hora de distancia al occidente de la ciudad de Quito, tomando la vía a la parroquia de Nono.
El nombre de la cafetería evoca al ave símbolo del área, el colibrí (quinde, en quichua) Zamarrito Pechinegro (Eriocnemis nigrivestis), declarado en 2005 por el Municipio de Quito ave emblemática de la ciudad por ser uno de los picaflores más raros del mundo, ya que está en peligro de extinción.
Esa especie es llamada así porque sus muslos poseen esponjosas plumas blancas que lucen como zamarros (prendas que usan los jinetes en las piernas), mientras que los machos tienen su pecho con un plumaje negro. Además, su cuerpo brilla por sus plumas verdes resplandecientes y su cola exhibe un hermoso color violeta.
Contemplarlo resulta todo un premio para los visitantes que llegan a esta reserva natural que también posee una tienda de regalos, estufa para aliviar el frío, bebederos y comederos de aves y mamíferos.
Los visitantes gozan la reserva de manera particular cuando se adentran en sus senderos para admirar las aves y el mirador del cráter del volcán Pichincha, que permite una vista grandiosa de ese gran coloso.
La reserva ecológica Yanacocha comprende una superficie de 1.200 hectáreas de bosques saludables que acogen una gran biodiversidad de flora y fauna andina, con una altitud que va desde los 2.800 hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Es el hogar de las 21 especies de colibríes, además de una gran variedad de orquídeas y bromelias.
Refugios de vida
La fundación de conservación Jocotoco protege 10 reservas de bosques en el país (unas 15.000 hectáreas en total) para conservar el hogar de unas 850 especies de aves, de las cuales más de 100 son de rango-restringido o endémicas, y más de 50 son globalmente amenazadas. Además son hogar para algunas especies de mamíferos grandes, como el oso de anteojos, tapir de montaña, puma, jaguar, monos (aullador, araña y capuchino).
Para obtener recursos, también ofrecen servicios turísticos, a través de su operadora Jocotours, que cuenta con cuatro lodges: Umbrella Bird Lodge (para 16 huéspedes, reserva Buenaventura, El Oro), Chocó Lodge (para 11 viajeros, reserva Río Canandé, Esmeraldas), Casa Simpson (aloja a 16 turistas, reserva Tapichalaca, Zamora Chinchipe) y Urraca Lodge (12 pasajeros, reserva Jorupe, Loja). El hospedaje cuesta desde $ 40 por persona por noche, incluido desayuno.
Sus otras reservas son: Utuana (Loja), Yunguilla (Azuay), Ayampe (Manabí), Canandé (Esmeraldas), Narupa (Napo) y Antisanilla-Sunfohuaico (Pichincha); allí ofrecen senderos y alimentación para los visitantes. (M.P.) (I)
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