La temporada de avistamiento de ballenas jorobadas comenzó ayer en Puerto López, lo cual podría apoyar la recuperación turística de Manabí.
El show comienza. Pero el espectáculo se vuelve más intenso cuando el público asiste masivamente. Así ocurrió el año pasado, cuenta Pastor ‘Charles’ Parrales, gerente de la operadora Rosita Tours, instalada frente al muelle de Puerto López. “Fue un año bueno. Estábamos llenos en las dos salidas diarias que teníamos, a las 10:30 y 14:00; es decir, con 40 pasajeros cada día”.
Turistas extranjeros y ecuatorianos acudieron a la cita 2015 para observar a las ballenas, llenando de vitalidad y recursos este destino cuyos pobladores viven mayormente de la pesca y del turismo. Esto último a través de 28 embarcaciones certificadas por las autoridades.
Por ello, algunos habitantes de Puerto López aspiran a que la temporada ballenera ayude a la recuperación de este cantón que, a partir del terremoto del 16 de abril, ha sentido una gran disminución en la llegada de pasajeros. “Pero ya es hora de que regresen para ver a las ballenas, que ya están en el Ecuador (...). El tour dura unas tres horas e incluye snorkeling”, indica este manabita que confía en que los viajeros dejen atrás el temor y lleguen a este poblado que fue poco impactado.
Además, Puerto López está en proceso de mejoramiento, ya que desde hace dos años se construye su nuevo malecón. “Las obras se paralizaron por falta de recursos y se retrasaron”, dice Parrales, por lo que considera que desde el próximo año tendrán esa obra.
Pero esta temporada, los trabajadores seguirán dándole forma a esa nueva vía al pie del mar, que se extiende hasta el extremo norte de Puerto López. Allí operan hermosas hosterías junto a la playa, como Nantu, Víctor Hugo, Oceanic, La Terraza y Mandala.
El alemán Hubert Olbrich es el administrador temporal de la hostería Mandala. Indica que a partir del 16 de abril recibió cancelaciones de reservas, ya que países europeos expidieron alertas sobre viajar al Ecuador.
Pero casi han pasado dos meses desde aquello y observa más viajeros llegar a sus habitaciones. Y ahora aspiran a recuperar su mercado compuesto mayormente por viajeros de Alemania, Austria, Holanda y Ecuador.
En Bahía de Caráquez
Los hospedajes de otros poblados costeros también anhelan lograr su reactivación. Ocurre en Bahía de Caráquez, indica Alfredo
Harmsen, propietario de la hostería Saiananda, ubicada a orillas del estuario del río Chone.
Saiananda, que defiende un enfoque muy ecológico, sufrió daños leves tras el sismo y mantuvo sus operaciones, y así lo ha seguido haciendo para observar que tales hechos atrajeron huéspedes que trabajan en la reactivación de Bahía de Caráquez. Todos ellos reciben hospedaje gratuito o con grandes descuentos, como apoyo brindado por los hoteleros.
Harmsen comenta que poquísimos hoteles del centro de la ciudad siguen operando, como La Herradura y Bahía Bed & Breakfast, pero que los hoteles de la periferia sufrieron mínimo impacto y mantienen su oferta, como Saiananda y Casa Ceibo.
Para atraer visitantes, Saiananda está ofreciendo un paquete llamado Tour solidario, que por $ 90 por persona incluye hospedaje, alimentación y paseos. Un recorrido lleva a la isla Corazón, con sus túneles de manglar; otro para observar fragatas en la cercana Isla del Sol. “Lo hacemos sumergidos en el agua. El turista toca el fondo marino con los pies y se va desplazando suavemente; es muy seguro y agradable”.
En Canoa
José Luis Rodríguez, gerente propietario del hotel Canoa’s Wonderland, en Canoa, recibió mínimos daños en su inmueble al pie del océano, que desde hace ocho años brinda cómodas habitaciones en bungalows.
Él observa un decrecimiento de huéspedes desde el 2015, que se redujo a casi cero tras el terremoto. Ahora se recupera poco a poco. “Sabemos que esto es un proceso bastante largo que va a demorar de dos a tres años hasta reactivar al 100% la economía, ya que algunas personas lo perdieron todo”.
Pero Rodríguez confía en que esta temporada de vacaciones de la Sierra, que coincide con los meses de avistamiento de ballenas jorobadas, atraerá a más visitantes nacionales y extranjeros a las costas manabitas.
“Somos 9 hoteles que hemos quedado en pie de unos 120 o 130 que había en Canoa, pero a medida de que los demás abran nuevamente sus puertas luciremos recuperados. Pero necesitamos que vengan los viajeros”.
Ya se observa algo de movimiento, con algunos turistas que caminan buscando quizás un buen bronceado, un rico plato de mariscos, un momento revitalizador en la playa o deseando apoyar con su presencia a los hermanos manabitas.
Contactos: Operadora Rosita Tours (05) 230-0255; hostería Mandala (05) 230-0181; hostería Saiananda (05) 239-8147 y hotel Canoa’s Wonderland 099-456-3854.
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