“Las Encantadas”, denominación que le dieron los primeros marinos y piratas que navegaron sus aguas debido a las formas misteriosas y fantasmales que presentaban cuando la niebla las cubría, estaban mas cerca de mi cámara fotográfica y de una nueva aventura.
El archipiélago de las Galapagos pertenece a Ecuador y se encuentra en el Océano Pacífico, está compuesto por 13 islas mayores, 6 de menor tamaño y una gran cantidad de islotes.
Un dato curioso es que muchas de las ellas tenían dos, e incluso tres nombres, los cuales en su mayoría pertenecían a los piratas que las fueron descubriendo, aunque en el año 1892 el gobierno de Ecuador les asigno nombres oficiales.
La Isla Baltra, con sus apenas 30 kms cuadrados es gracias a su aeropuerto, uno de los puntos de ingreso al archipiélago. Allí arribamos con nuestro vuelo proveniente de Quito y luego de hacer los tramites aduaneros de rigor fuimos hasta el puerto, para así embarcar hacia la aventura.
Nos subimos a los “pangas”, como le dicen los locales a los modernos y bien equipados botes auxiliares, y navegamos rumbo al lujoso “Evolution”. La tripulación nos dio la bienvenida con una cálida ceremonia y los dos guías naturalistas, la bella Cristina Rivadeneira y Bolivar Sanchez, nos comentaron en que consistiría nuestro viaje.
El “Evolution” iba a ser nuestra casa flotante por los próximos 8 días, y en él, recorreríamos muchas islas diferentes. Estas aguas vieron al joven explorador Charles Darwin comenzar su teoría mediante la cual manifestó que todas las especies y los seres vivos han evolucionado con el tiempo mediante un proceso de selección natural. Razón por la cual el nombre de nuestro barco tenia mucho sentido en este lugar.
Ya con los 32 pasajeros a bordo levantamos el ancla y comenzamos la navegación, durante esa primera tarde no desembarcaríamos en ningún lugar pero casi al final del día pasamos muy cerca de la Isla Daphne, la cual ha tenido un valor importante en las investigaciones que se vienen haciendo desde que “Galápagos”, comenzó a estar en el mapa mundial de la conservación.
En esta isla, los doctores Grant han realizado estudios con los pinzones
de Darwin, razón por la cual, las aves aquí están anilladas. Durante casi 40 años de investigaciones se pudo comprobar que durante los años de excesivas lluvias o sequías las semillas de las que se alimentaban estas aves se iban modificando genéticamente y por lo tanto también lo hacían los pinzones de generación en generación.
Los estudios demostraron que, como Charles Darwin había expuesto en su teoría, la supervivencia de las especies dependía principalmente en la adaptación a las condiciones impuestas por la naturaleza. Sobreviviría el que, además de adaptarse al medio pudiese evolucionar. Los pinzones, por ejemplo, modificaron el largo y ancho de sus picos adaptándolos a la nueva forma de sus alimentos.
Terminamos de bordear la isla y ya con un cielo cubierto de estrellas la cena
estaba servida, el barco navegaría durante toda la noche hasta nuestro primer destino. Me retiré temprano a mi confortable camarote, mientras que el grupo de avistadores de aves se reunía para analizar las especies predominantes. Preparé mi equipo fotográfico y de observación. La felicidad invadía mi ser. Este iba a ser un viaje “encantado”. (I)
Autor: Alex Macipe
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