El coordinador de la ONU señaló que, además de los recursos, necesitan una ley de acceso seguro, sin restricciones y sin condicionamientos políticos.
Los 130 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en el mundo contrastan con el estancamiento de la aportación económica que se destina a socorrer a las víctimas de desastres naturales y conflictos; de los que hay activos cuatro de gran alcance en Siria, Irak, Yemen y Sudán del Sur, y que diariamente colaboran para que la cifra de desplazados supere la suma histórica de 60 millones de personas.
Ayer, en el marco de la celebración del Día de la Asistencia Humanitaria, Stephen O’Brien, coordinador de las Naciones Unidas, aseguró que de esta cifra global casi 6 millones se encuentran en áreas de difícil acceso, incluidos 600.000 de las zonas sitiadas. “Más allá de los recursos, necesitamos tener acceso seguro y sin restricciones. Sin condicionamientos políticos. Reclamamos un derecho. Los trabajadores humanitarios necesitan acceso irrestricto donde se requiera, según lo establecen las leyes humanitarias”.
La Organización No Gubernamental (ONG) sostiene que la brecha entre la necesidad de ayuda y la -in- capacidad para atenderla resulta trágica, y recordó que en la Cumbre Humanitaria Mundial celebrada en Estambul, en mayo de este año, se plantearon 3 cuestiones prioritarias: la alianza con organizaciones no gubernamentales del Sur, la garantía de seguridad para quienes proveen y reciben asistencia médica y la insuficiencia de la acción de los estados ante la actual crisis migratoria. Luego de 3 meses estos objetivos se mantienen esenciales, sobre todo por el continuo ataque a hospitales en Siria y Yemen.
A esto se suma la insuficiente apertura de corredores humanitarios y la situación en Turquía, la nación a la que la Unión Europea (UE) convirtió en muro para los refugiados que huyen de estas guerras.
La ONU llevó el cólera a Haití
Por otra parte, ayer se publicó que un informe, liderado por el académico Philip Alston y filtrado por el diario The New York Times, reveló que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la causante de introducir el cólera en Haití, donde se registran al menos 10.000 muertes por la epidemia.
En el texto reza: la cólera “no hubiera brotado, pero la culpa fue de las acciones de la ONU”. El académico se refiere a un contingente de 454 cascos azules, quienes padecían la epidemia y depositaron sus heces fecales y demás desperdicios en un río ubicado en la población de Mirebalais en 2010. (I)
Fuente: EL TELÉGRAFO
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