La capital azuaya mantiene una conexión poderosa con Francia, la cual se presenta en varias de sus edificaciones. El Municipio local las promociona como atractivo.
El impacto visual resulta impresionante. El parque Abdón Calderón, la Corte de Justicia, la Catedral Vieja, la Clínica Bolívar, el Seminario San Luis, la calle de La Condamine, la plaza de San Sebastián... evidencian el firme influjo francés asentado en Cuenca.
Esos lugares permiten descubrir la herencia que dejaron los galos a partir de su llegada a ese territorio en la Primera Misión Geodésica Francesa en 1739, expedición científica auspiciada por la Academia de Ciencias de París, que tuvo el propósito de medir un arco del meridiano terrestre y determinar la forma exacta de la Tierra. Luego, tras el fin de la Colonia española, los habitantes de esta ciudad austral fortalecieron la relación con Francia y transformaron en buena parte la arquitectura morlaca.
Aquí algunos puntos.
Parque Abdón Calderón. Esta zona es el centro de acontecimientos festivos, políticos y religiosos de la ciudad y está rodeado por edificaciones públicas que simbolizan los poderes que rigen la vida ciudadana: el político (Municipio y Gobernación), el religioso (Catedral Vieja y Catedral Nueva) y el judicial (Corte Provincial del Justicia). Alrededor del parque se encuentran también elegantes casonas representativas del estilo arquitectónico de influencia francesa, que predominó a inicios del siglo XX.
Calle de La Condamine. Carlos María de La Condamine fue quizás el miembro de la Primera Misión Geodésica Francesa que más deslumbró a los habitantes locales. La calle que lleva su nombre, que se desplaza entre la calle Tarqui y la plazoleta de la Cruz del Vado, hace honor a su genio. Hoy es el principal atractivo del popular barrio de El Vado, el cual parece evocar memorias de un tiempo de esplendor, cuando se realizaban en él los oficios tradicionales y se organizaban en sus casas célebres reuniones de poetas y músicos.
Plaza de San Sebastián. Queda ubicada en Coronel Tálbot entre Simón Bolívar y Mariscal Sucre. La plaza, que en realidad se llama Miguel León, es conocida por todos como San Sebastián debido a la iglesia que se encuentra junto a ella, donde alguna vez se levantó la capilla que durante la colonia llegó a ser una de las dos “parroquias de indios” (los indígenas se congregaban allí para los servicios religiosos). El trazado geométrico de la plaza data de principios del siglo XX y fue realizado por Octavio Cordero Palacios, dramaturgo, abogado y matemático cuencano. Este diseño, de estilo renacentista, está relacionado con los jardines de parterres ejecutados en Versalles por el paisajista André Le Nôtre.
Casa del Coco. Esta vivienda (Simón Bolívar 12-60 y Juan Montalvo) presenta elementos característicos de la arquitectura vernácula de Cuenca, como son el esquema de patio, traspatio y huerta y los dinteles de puertas y ventanas realizados en yeso, cal o ladrillo. Su salón principal, sin embargo, fue ricamente decorado con latón importado de Francia y su fachada se luce embellecida con frisos, columnas y pilastras que le dan un elegante aire republicano. El inmueble fue edificado en 1890 para su primera dueña, doña Florencia Astudillo Valdivieso, quien fuera la mujer más adinerada de la ciudad. (I)
Fuente: Fundación Municipal Turismo para Cuenca.
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