LA Ofiura, que habita en los arrecifes, tiene en la parte superior del cuerpo una especie de armadura cubierta de lentes microscópicas que funcionan como un gran ojo compuesto.
Cuando los científicos examinaron las placas de la armadura, descubrieron “un extraño conglomerado de protuberancias cristalinas más finas que un cabello humano”, informa la revista Natural History. Estos bultitos, hechos de calcita (carbonato de calcio), resultaron ser microlentes de alta calidad que concentran la luz en un conjunto de nervios aparentemente fotosensibles ubicados debajo de las placas. Cabe notar que las lentes tienen justo la forma necesaria para producir una imagen clara.
La química Joanna Aizenberg señala que el caparazón de la ofiura, que cumple un objetivo doble, “es muestra de un importante principio: los materiales biológicos suelen ser perfectamente capaces de cumplir funciones múltiples”.
Inspirados en la ofiura, los investigadores han desarrollado un método fácil y barato para fabricar conjuntos de microlentes de carbonato de calcio. Entre muchas otras cosas, se emplean en telecomunicaciones para conducir señales luminosas a través de fibras ópticas.
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